El gobierno de Sebastián Piñera contrató a un supuesto grupo de expertos en combatir el terrorismo, provenientes de España, para “capacitar” a los fiscales y policías de carabineros y de la Policía de Investigaciones (PDI)
Al parecer, Ya no les basta con la
ley anti terrorista ni la ley de Seguridad Interior del Estado. Por lo mismo,
la intencionalidad del Gobierno actual
y, en definitiva, de la clase política en su conjunto, es perseguir a los
pueblos originarios, las organizaciones populares, sociales, sindicales,
etcétera, que se movilicen y organicen.
Con este tipo de medidas, a lo que se apunta es a la persecución de los
movimientos sociales tal como si fuesen “terroristas”, volviendo a las viejas
prácticas de persecución política y represión sistemática, pese que, bajo cualquier perspectiva, nuestro país está lejos de poseer terrorismo en su interior.
Esto tendría un doble efecto. Por
una parte, se estaría criminalizando – aún más – la protesta social, tildándola
de terrorista, por lo tanto, estaría un paso de convertirse en un verdadero crimen
o, en el mejor de los casos, tratando de deslegitimarla. Por otro lado, esto
terminaría por justificar todo tipo de actuar por parte de Carabineros ya que
en nuestro país habrían terroristas, combatiéndolos con brigadas que han lidiado con el terrorismo
internacional.
De esta forma, se está estableciendo
una lógica de “terrorismo de estado renovado”. Ante un crecimiento considerable
de la movilización social a lo largo y ancho del país, en donde, además,
diversos sectores están solidarizando con otros, la clase política no encuentra nada mejor que
agudizar la violencia, fortaleciendo los
aparatos represivos del Estado. Existe una urgencia ya que la fragmentación
social – consecuencia de la dictadura – se ha ido superando paulatinamente y,
aun que ha sido relativamente lento el proceso, ha tenido implicancias
considerables.
Vale agregar, que esto tiene
implicancias no sólo policiales si no que también ideológicas y políticas. Estos
grupos denominados “anti terroristas”, tienen un historial de represión al
servicio del poder hegemónico. Así pues, han viajado por gran parte del mundo
reprimiendo a movimientos de izquierda, sin importar los medios y métodos de
lucha adoptados por estos. Entonces, se está importando a nuestro país la
represión con un contenido claramente de violencia política, trayendo sus
enseñanzas y experiencias para nutrir a la Fuerza Pública nacional, todo esto
encubierto por la prensa burguesa.
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