domingo, 24 de junio de 2012

Gobierno chileno contrata a grupo antiterrorista español ante alza de la movilización social.

OBSERVACIÓN PREVIA: Damos cuenta de que esta información tiene unos meses de antigüedad - la cuál comunicamos en su momento - pero dado al olvido de muchos sobre esta materia, nos vemos en la necesidad de volver a poner el tema en la palestra. Hechos como esto nos obligan a reflexionar sobre la actual Situación Política Nacional y como la clase política se blinda ante las inminentes contradicciones de nuestra sociedad.




El gobierno de Sebastián Piñera contrató a un supuesto grupo de expertos en combatir el terrorismo, provenientes de España,  para “capacitar” a los fiscales y policías de carabineros y de la Policía de Investigaciones (PDI)

Al parecer, Ya no les basta con la ley anti terrorista ni la ley de Seguridad Interior del Estado. Por lo mismo, la  intencionalidad del Gobierno actual y, en definitiva, de la clase política en su conjunto, es perseguir a los pueblos originarios, las organizaciones populares, sociales, sindicales, etcétera, que se movilicen  y organicen. Con este tipo de medidas, a lo que se apunta es a la persecución de los movimientos sociales tal como si fuesen “terroristas”, volviendo a las viejas prácticas de persecución política y represión sistemática, pese que, bajo cualquier perspectiva, nuestro país está lejos de poseer terrorismo en su interior.

Esto tendría un doble efecto. Por una parte, se estaría criminalizando – aún más – la protesta social, tildándola de terrorista, por lo tanto, estaría un paso de convertirse en un verdadero crimen o, en el mejor de los casos, tratando de deslegitimarla. Por otro lado, esto terminaría por justificar todo tipo de actuar por parte de Carabineros ya que en nuestro país habrían terroristas, combatiéndolos con brigadas que han lidiado con el terrorismo internacional.


De esta forma, se está estableciendo una lógica de “terrorismo de estado renovado”. Ante un crecimiento considerable de la movilización social a lo largo y ancho del país, en donde, además, diversos sectores están solidarizando con otros,  la clase política no encuentra nada mejor que agudizar la violencia, fortaleciendo  los aparatos represivos del Estado. Existe una urgencia ya que la fragmentación social – consecuencia de la dictadura – se ha ido superando paulatinamente y, aun que ha sido relativamente lento el proceso, ha tenido implicancias considerables.


Vale agregar, que esto tiene implicancias no sólo policiales si no que también ideológicas y políticas. Estos grupos denominados “anti terroristas”, tienen un historial de represión al servicio del poder hegemónico. Así pues, han viajado por gran parte del mundo reprimiendo a movimientos de izquierda, sin importar los medios y métodos de lucha adoptados por estos. Entonces, se está importando a nuestro país la represión con un contenido claramente de violencia política, trayendo sus enseñanzas y experiencias para nutrir a la Fuerza Pública nacional, todo esto encubierto por la prensa burguesa.

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